Mucha imagen, poca reflexión.

Que la imagen es importante en la sociedad actual no es algo nuevo. Que en ocasiones detrás de esa imagen tan bonita no haya nada, tampoco. Pero lo que, a mi juicio, roza lo delictivo es primar la imagen sobre el contenido en algo tan importante como un edificio de viviendas y más si éstas son patrocinadas por el Estado. Me explico, si un promotor decide hacer unas viviendas cuya configuración incomoda la vida que allí se desarrolla, nadie las comprará o tardará en venderlas, pero en viviendas protegidas, donde el futuro inquilino no elige la suya, si no que se la encuentra, está condenado a disfrutarla o la padecerla.

En muchos concursos, corrijo, en casi todos los concursos prima una buena imagen sobre el contenido del proyecto. Y no quiero decir que la imagen no sea importante, que lo es, el problema está cuando no se dedica tanto tiempo a cómo son las viviendas, cual es la idea que rige su diseño y organiza el espacio, cómo se distribuyen los recorridos de las personas que vivirán ahí... ¿Que la puerta del baño está a eje con la de entrada y el inodoro es lo primero que ves al entrar? Bueno, con el montaje tan bonito que hemos hecho, no se va a fijar en eso el jurado...

Imagen tomada de la web del estudio de arquitectura UNTERCIO.

Como ejemplo voy  usar este concurso promovido por el Ayuntamiento de Madrid en febrero de 2.010, en el equipo que se llevó el primer premio, presentó esta imagen tan bonita. Una fachada elegante, que se divide en dos bloques que rompen con la monotonía del típico bloque aislando con un movimiento de planos quebrados y grandes huecos que producirán un bonito juego de luces y sombras. Perfecto.

Imagen tomada de la web del estudio de arquitectura UNTERCIO.

Al mirar la planta uno espera que todo ese cuidado que han dedicado al exterior lo hayan dedicado al interior y en un primer vistazo sí que lo parece: una planta que quebrada que se relaciona directamente con ese juego formal de la fachada, con espacios que parece que quieren abrirse al exterior formando parte de movimiento de entrantes y salientes que veíamos en la imagen del principio. Muy bien.



Sin embargo, al estudiar con detenimiento las viviendas, vemos como todo ese cuidado con el que se ha realizado el resto del proyecto, se diluye y se diluye en el punto más importante de un edificio de viviendas, ¡en las propias viviendas!. Se percibe una falta de pensamiento, de crítica y de dedicación al proceso proyectual que se traduce en decisiones compositivas tales como permitir que el baño abra directamente al salón, con la falta de intimidad que ello comporta, o que el recorrido hasta los dormitorios se haga justo por la mitad del salón, cosa que hasta los criterios funcionales dictados por la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS), en sus normas de redacción de anteproyectos, rechazan.

Decepción.

Si continuamos desaprovechando las oportunidades que nos brinda la Administración, que concede al Arquitecto una libertad mucho mayor que en una promoción privada, para desarrollar una vivienda actual, conforme al estilo de vida del siglo en que vivimos, estaremos una vez más alejándonos de lo que el Arquitecto debería ser y del puesto que debería ocupar en la sociedad.


Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo... no hay mas que ver ese gran premio de arquitectura de la m30 que parece una cárcel con esas microventanas...

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    1. Creo que has ido a escoger un ejemplo en el que su Arquitecto hizo justo lo contrario de lo que estaba hablando, pero es muy ilustrativo. Detrás de esa imagen tan dura, hay un estudio sobre como construir unas viviendas sociales, al lado de una autopista. El mérito del edificio de Sáenz de Oiza es conseguir asilar del ruido a las viviendas, colocando al exterior los espacios secundarios como cocinas y baños y situar al gran patio central, alejado del ruido, los salones y dormitorios. Y a la falta de este tipo de reflexiones es a lo que me refería.

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