Corralas modernas.

Pues eso, viviendas.

Esta entrada quería dedicarla a analizar dos tipologías básicas de los edificios residenciales según la forma de acceder a las viviendas: una con un acceso único para todas las viviendas de cada piso, que lleva a una disposición tipo corrala y otra con un acceso para varias viviendas, pero he preferido hablar sólo de la primera, ya que ha sido bastante denostada en nuestra época, debido supongo al recuerdo de esas corralas de siglos anteriores que existen en nuestras grandes ciudades.

Nos vienen a la mente edificios muy baratos, realizados para personas con escasos recursos, en las que las encontramos infraviviendas que dan a patios pequeños y mal iluminados, en los que se han instalado horrendos ascensores en mitad del mismo y que sólo son noticias cuando los nuevos propietarios del inmueble tratan de que se declare el estado de ruina para poder echar a los últimos propietarios y construir nuevos edificios sin alma en su  lugar. 


No obstante, existen un sinfín de buenos ejemplos, algunos de los cuales podemos encontrar en los llamados "Poblados dirigidos" de los años 50, barrios de casas baratas que se pretendían levantar en las afueras de las grandes ciudades para absorber la gran afluencia de personas del campo que vivían hacinadas en los grandes campos chabolistas de las afueras de Madrid o Barcelona y que finalmente sólo se construyeron unos pocos. En Madrid grandes figuras de la Arquitectura patria, como Sáenz de Oiza o Alejandro de la Sota, diseñaron alguno de estos edificios, que nunca han dejado de ejecutarse.

Las característica principal de este tipo de edificios es la reducción de costes, puesto que no sólo reducimos el número de núcleos de comunicación (ascensores y escaleras) a construir, sino que conseguimos más espacio para las viviendas, al reducir los espacios comunes. Pero no sólo es economía, sino que este tipo de edificios permite tener viviendas pasantes, es decir, que abren sus ventanas a dos orientaciones, mejorando la iluminación interior, así como su ventilación.

Particularmente útiles son para las residencias o las viviendas de protección oficial, donde el reducido presupuesto y la necesidad de construir un gran número de viviendas, hace que esta tipología sea muy utilizada. Y hablando de viviendas de protección oficial, quiero aprovechar para criticar la forma en las que están concebidas en España, puesto que deberían ser viviendas exclusivamente de alquiler, propiedad del Estado y asociadas al nivel de ingresos del inquilino. De esta forma tendríamos un extenso patrimonio de vivienda pública, accesible a todo aquel que lo necesite temporalmente (hasta que su situación económica mejorase), con lo que se podría hacer frente mucho mejor a aquellos que pierden su vivienda por no poder pagársela al banco, por el peligro de ruina inminente o por cualquier otra causa. Pero este es un tema que hablé en esta otra entrada.


Estos esquemas de un proyecto para un concurso de un edificio de viviendas de protección oficial en Madrid y es muy adecuado para hablar de porqué sigue siendo recomendable el uso de esta tipología. Partiendo de un presupuesto muy ajustado, la primera decisión del proyecto fue reducir costes y aumentar la superficie destinada a las viviendas, por ello se diseña un único núcleo de ascensores para servir a todo el edificio y dos escaleras, para cumplir con la normativa anti incendios.

Pero la estricta normativa del lugar no permitía hacer edificios entorno a un patio, lo que llevó a diseñar un pasillo de acceso a las viviendas, que queda abierto por los lados y se perfora en su parte central para permitir un mejor movimiento del aire este espacio. Así vemos cómo las viviendas se disponen en el exterior del edificio, quedando claramente definidas sus dos fachadas: una abierta al exterior, donde se disponen el salón y los dormitorios y otra en contacto con ese espacio común, donde se colocan los espacios servidores de las viviendas, para amortiguar los ruidos y posibles molestias que pueden venir de esa zona común de comunicación con gran afluencia de paso, teniendo el tendedero, la cocina y el baño.


En esta planta de los dos tipos de vivienda del edificio (una con terraza y otra sin ella), se entiende a la perfección el esquema seguido. Una banda de servicios "protege" o aísla los espacios vivideros de la casa, que se abren al exterior. La cocina sirve de elemento vertebrador, conectando visualmente con el salón e independizando del mismo el dormitorio y el baño.

Abajo se ve la fachada, protegida por una malla que tamiza la luz del sol evitando su entrada directa a las viviendas, lo que supone un ahorro energético en verano y que tiene la intención de servir como soporte para un jardín vertical, que también puede ser un huerto particular para cada vivienda. Las grandes cajas de las terrazas que rompen la superficie ajardinada sirven de distracción, evitando la monotonía de la fachada y por la noche, al iluminarse, crearán un bonito juego de luces y sombras.

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