Madrid y el problema de la capitalidad

En los últimos días del año pasado pudimos ver cómo se aprobaba en la ciudad de Madrid lo que el ayuntamiento ha venido a llamar Madrid Central, una normativa que tienen como objetivo reducir drásticamente el número de vehículos privados en el centro de la ciudad, en particular en las 472 hectáreas de varios de los distritos más céntricos y turísticos de la Capital.

Logo de Madrid Central

La peatonalización de las ciudades no es algo nuevo, más bien en un fenómeno que se está dando en otras urbes, principalmente europeas, en pos de un urbanismo más amable y abierto al peatón, más ecológico y demás historias de moda que quieren meternos los políticos en la cabeza.

El plan del ayuntamiento consigue que la calse media, profesionales y autónomos nos veamos obligados a usar el transporte público, dejando el espacio vial para aquellos que pueden permitirse el lujo de un coche eléctrico y para los políticos, que por fin podrán moverse cómodamente desde sus vehículos oficiales (de diesel o gasolina) sin tener que aguantar el menor atasco ni tener que relacionarse con el vulgo, que irá hacinado en los sistemas de transporte que tengan a bien permitirnos usar. Un ataque más a la libertad, tanto en cuanto coarta el libre movimiento del individuo obligándole a usar el transporte público al aumentar el coste del privado.

La idea es revestir la idea de ecológica, olvidando manifiestamente el consumo energético y brutal contaminación de las fábricas de baterías eléctricas, así como despreciando la lógica técnica que nos obligará a dotar a los edificios de unas instalaciones eléctricas de tal magnitud que repercutirán a la alza los precios de las viviendas, puesto que dotar a los garajes de puntos de recarga para automóviles eléctricos no consiste en colocar enchufes en cada plaza de aparcamiento y listo. Es dotar al edificio de la potencia eléctrica necesaria para recargar las baterías, lo que llevará en la mayoría de los casos a la necesidad de instalar en cada edificio un Centro de Trasnformación (CT) para poder canalizar toda esa nueva demanda de energía. Esto supondrá derramas importantes de entre sesenta y setenta mil euros entre el acondicionamiento del espacio y el propio CT... Otra vez la calse meda a apoquinar. 

El problema de Madrid es que al ser la capital de un Estado, la de una Comunidad Autónoma y ser uno de los destinos turísticos más importantes de España, confluyen en ella una cantidad muy diferente de personas, que buscan cosas diferentes, pero que están todas en el mismo sitio: turistas, funcionarios estatales, autonómicos, municipales, de empresas públicas (Dios qué cantidad de funcionarios), estudiantes universitarios, además de los propios madrileños... ¿La solución? Hacer lo que empresas como Santander, que se instaló en Boadilla del Monte o como Telefónica o BBVA que se instalaron en barrios nuevos de las afueras de Madrid. Es decir, buscar nuevos emplazamientos para recolocar sus sades y facilitar el desplazamiento de sus trabajadores.

Sede de Telefónica en Madrid

Esto no es nuevo en Madrid, ya en el siglo pasado la Ciudad Universitaria fue un intento de llevar a un barrio periférico a la comunidad universitaria o más cerca en el tiempo, la Asamblea de Madrid se trasladó de la céntrica calle San Bernardo al distrito de Vallecas en 1998, lo que supuso un alivio para los vecinos que vieron cómo desaparecía el tropel de coches oficiales, cordones policiales y demás farándula que acompaña los movimientos de cualquier político. Actualmente el edificio acoge la sede del Instituto de España, mucho mas adecuado para el barrio donde se encuentra.

Otro ejemplo de descentralización la realizó el propio ayuntamiento al trasladar la sede de la gerencia de urbanismo de la calle Guatemala, en pleno barrio de Hispanoamérica, a un nuevo edificio junto a la Feria de Madrid (Ifema). Tras dejar el solar, el ayuntamiento vendió los terrenos, donde se han construido viviendas, un bien escaso dentro de la M-30, que revitalizó la zona mejorando los resultados de los comercios del entorno, además d reducir el tráfico que generaban los funcionarios que allí trabajaban y de los ciudadamos que acudían a gerencia cada día.

Sede de Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid

El último caso que me gustaría reseñar es el de la frustrada Ciudad de la Justicia, un ambicioso proyecto que pretendía unificar en un mismo lugar todos los juzgados de la ciudad de Madrid. Se convocaron varios concursos de arquitectura para el diseño del plan urbanístico, como de los diferentes edificios, pero lamentablemente, el proyecto se paró.

En todos estos casos la salida de la Capital de estas empresas e instiruciones supone alejar de MAdrid una cantidad ingente de personas cuyo objetivo es el trasladarse hasta su puesto de trabajo o hacer alguna gestión con la Administraciónm, por que si se dota de buenas infraestructuras y trasnporte a los suburbios de Madrid, conseguiremos dividir el movimiento de personas entre aquellos que se dirigen al trabajo y aquellos que quieren disfrutar de la ciudad (vecinos y turistas).

Vista la posibilidad real y efectiva de sacar del centro de Madrid diferentes entidades administrativas, con los beneficios que suponen tanto para la Administración, al vender o arrendar los edificios que actualmente usan, para la ciudad, que redistribuye su población trabajadora, como para vecinos, que ven aumentada la oferta de vivienda e instalaciones culturales, deportivas y de ocio, como para el pequeño comercio, al aumentar la población local, la pregunta es, ¿porqué no se continúa el proceso?

EL siguiente paso sería sacar del Centro todas las administraciones que no sean representativas, turísticas o de relación con el ciudadano, como Ayuntamiento y Juntas de Distrito, museos, bibliotecas y polideportivos, haciendo una ciudad más agradable y con unos movimientos de personas más homogeneos y divididos por actividad.

Casos com oel de Brasilia, como capital administrativa, donde situar el Senado y el Congreso de los Diputados, ministerios y demás organismos gubernamenteales, es un buen precedente y serviría para descongestionar el tráfico de la Capital, mejorando su oferta de ocio y cultura, aumentando la cantidad de espacios para espectáculos con capacidad media para conciertos y conferencias... a la vez que se revitalizan los barrios periféricos, que verían ampliada su población en horario laboral.

 
Ciudad de la Justicia (Fuente)

Retomar la Ciudad de la Justicia debería ser el primer paso, además de servir com oempujón definitivo al barrio de Valdebebas, que viendo aumentada la población laboral, haría la zaona más atractiva al pequeñop comercio, lo que a su vez beneficiaría a los vecinos, al tener una mayor oferta de comercio y restaurantes gracias a los funcionarios y demás ciudadanos que acudirían cada día a resolver sus problemas con la justicia.

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