Una sociedad moderna para un urbanismo de cien años

Actualmente la arquitectura y el urbanismo están absolutamente alejados de la sociedad. Hasta tal punto que se siguen proyectando ensanches y nuevos barrios en las afueras de las grandes ciudades de nuestro país como se hacía a principios del siglo pasado. Al igual que ocurre, a día de hoy en el resto de las actividades intelectuales humanas, en la Arquitectura se ha instaurado una falta de análisis y crítica que impide cualquier cambio o revolución. Lo que se traduce en que se siga planificando y construyendo como hace un siglo.

Falta de talento no hay o por lo menos es difícil que no lo haya, ya que actualmente existen en España 14 Escuelas públicas de Arquitectura y 11 privadas. El problema es sencillo: siguen siendo los mismos los que toman las decisiones. No ha habido relevo generacional, lo que nos ha llevado a desaprovechar excelentes oportunidades para poner en práctica nuevas ideas, técnicas y planteamientos más acordes con el individuo del siglo en el que vivimos. Ejemplos tenemos por todas partes: en Madrid, el ensanche de Vallecas o anteriormente Las Tablas o Sanchinarro han demostrado hacia donde nos lleva este distanciamiento entre los planificadores y la sociedad: enormes masas urbanas completamente aisladas del resto de la ciudad por estar rodeadas de vías rápidas y escasamente conectadas con las grandes infraestructuras del transporte público, que lleva a una dependencia del coche, más propia de los suburbios de centro comercial que de barrios de una ciudad como Madrid.

Soluciones: miles. Tantas como jóvenes arquitectos somos en España, pero mientras se nos vete el acceso a las decisiones, todo seguirá igual: falta de planificación, desarrollo masivo y descontrolado, escasez de edificios terciarios que modelen el entorno y creen puntos de atracción, manzanas blindadas al exterior haciendo de las calles y espacios públicos lugares secundarios, de servicio…
Una sana excepción y a una escala más reducida la está desarrollando el Ayuntamiento de Madrid en el llamado Ecobarrio de Vallecas. No sólo por sus estrategias de optimización de recursos y criterios de sostenibilidad, si no por la concepción propia del mismo, desarrollado a partir de concursos públicos abiertos a cualquier arquitecto.

Adjunto un enlace a el blog "Territorio y Espacio Urbano", en el cual el autor ya habló de los nuevos barrios de Las Tablas y Sanchinarro en Madrid.

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