Piscinas ecológicas.

Ahora que empieza el verano, empieza la temporada de piscinas y si se tiene el terreno para ello, es el mejor momento para hacer una en el jardín de casa. Hay numerosas opciones en el mercado: prefabricadas de poliester, de acero, de hormigón... Sin embargo, yo optaría, sin duda, por una opción respetuosa con el medio ambiente y paisajísticamente más interesante que las piscinas comunes rodeadas por un bordillo de piedra, como son las denominadas piscinas sostenibles, cuyo coste de construcción es el mismo que una tradicional, pero su mantenimiento es mucho más barato.

Imagen obtenida en INFINISKI

Este tipo de piscina tiene como principal característica el no necesitar ningún producto químico para mantenerla limpia, puesto que se limpia ella sola mediante el filtrado del agua que realizan las plantas y filtros de arena que hay a su alrededor, lo que nos permite bañarnos en un agua completamente natural, libre de cloro. El mecanismo es sencillo, la piscina se divide en dos zonas de tamaños parecidos, una de baño y otra de filtrado natural, que además, es la parte que permite integrar la piscina en el jardín gracias a sus plantas acuáticas, convirtiendo la piscina en algo parecido a un estanque en mitad del bosque.

Las plantas que necesitamos para un correcto funcionamiento son de tres tipos: sumergidas, flotantes y las que sobresalen del agua, con lo que se consigue evitar que aparezcan algas, así como el calentamiento excesivo del agua debido a la radiación solar directa.

Otra característica muy interesante, ademas del ahorro en mantenimiento, son las infinitas posibilidades compositivas que nos ofrecen estas piscinas, ya que podemos incluirlas en el proyecto paisajístico del jardín a modo de estanque, rodeando la zona de baño con la zona de filtrado o podemos tener una piscina de apariencia totalmente normal, separando las dos zonas con una barrera física.

Imagen de la web Terre decoración