El Ayuntamiento de Madrid ha decidido tener listo un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) antes de que acabe la legislatura, con lo que el PGOUM vigente desde 1997 tiene los días contados.
Lo primero de lo que hay que hablar es qué es y para qué sirve un plan general. Pues bien, un plan general establece las normas urbanísticas que rigen un municipio: clasificar los tipos de suelo, establecer las diferentes áreas de intervención, protección del Medio Ambiente, viario, localización de equipamientos y dotaciones, definir conceptos como edificabilidad, volumetría, retranqueos, alturas...
De esta forma el Ayuntamiento de Madrid espera tener lista antes de que acabe la legislatura, una normativa que permita adecuar la ciudad a los retos y necesidades de los madrileños. Actualmente el Plan está en lo que se llama fase de avance, es decir, una vez detectados los problemas del anterior Plan y las necesidades actuales, el Ayuntamiento redacta los objetivos fundamentales y queda a la espera de que la Comunidad de Madrid redacte un informe de análisis ambiental. Durante la redacción del Plan, los ciudadanos podemos participar en el proceso a través de mesas de participación o individualmente.
Si analizamos los objetivos, vemos que se trata de un Plan muy completo que toca numerosos aspectos, pero hay dos que marcarán un gran cambio en la ciudad, puesto que pretende continuar con las ideas de favorecimiento del transporte público en detrimento del privado potenciando la red de intercambiadores y estaciones de cercanías, cosa complicada tratándose de algo tan madrileño como es el coger el coche para cualquier cosa. También se cerrará al coche gran parte del centro para dárselo al peatón.
El otro punto que guiará el cambio de Madrid será el aumento de la masa de árboles de la ciudad. La idea es crear una red de bulevares y grandes aceras arboladas con amplios espacios para peatones y bicicletas que unan las diferentes zonas verdes. Esto unido al objetivo anterior, las zonas de estacionamiento controlado, el carril bus... harán de Madrid una ciudad donde el coche estará vedado.
Esperemos que el nuevo Plan, que parece demasiado ambicioso para haberse redactado en un ambiente de recesión económica, establezca también un poco de sentido común y facilite los trámites para agilizar las obras de rehabilitación y obra nueva, las solicitudes y cambios de licencia que son un verdadero dolor de cabeza y retrasan incesariamente las obras.
Lo primero de lo que hay que hablar es qué es y para qué sirve un plan general. Pues bien, un plan general establece las normas urbanísticas que rigen un municipio: clasificar los tipos de suelo, establecer las diferentes áreas de intervención, protección del Medio Ambiente, viario, localización de equipamientos y dotaciones, definir conceptos como edificabilidad, volumetría, retranqueos, alturas...
De esta forma el Ayuntamiento de Madrid espera tener lista antes de que acabe la legislatura, una normativa que permita adecuar la ciudad a los retos y necesidades de los madrileños. Actualmente el Plan está en lo que se llama fase de avance, es decir, una vez detectados los problemas del anterior Plan y las necesidades actuales, el Ayuntamiento redacta los objetivos fundamentales y queda a la espera de que la Comunidad de Madrid redacte un informe de análisis ambiental. Durante la redacción del Plan, los ciudadanos podemos participar en el proceso a través de mesas de participación o individualmente.
Si analizamos los objetivos, vemos que se trata de un Plan muy completo que toca numerosos aspectos, pero hay dos que marcarán un gran cambio en la ciudad, puesto que pretende continuar con las ideas de favorecimiento del transporte público en detrimento del privado potenciando la red de intercambiadores y estaciones de cercanías, cosa complicada tratándose de algo tan madrileño como es el coger el coche para cualquier cosa. También se cerrará al coche gran parte del centro para dárselo al peatón.
El otro punto que guiará el cambio de Madrid será el aumento de la masa de árboles de la ciudad. La idea es crear una red de bulevares y grandes aceras arboladas con amplios espacios para peatones y bicicletas que unan las diferentes zonas verdes. Esto unido al objetivo anterior, las zonas de estacionamiento controlado, el carril bus... harán de Madrid una ciudad donde el coche estará vedado.
Esperemos que el nuevo Plan, que parece demasiado ambicioso para haberse redactado en un ambiente de recesión económica, establezca también un poco de sentido común y facilite los trámites para agilizar las obras de rehabilitación y obra nueva, las solicitudes y cambios de licencia que son un verdadero dolor de cabeza y retrasan incesariamente las obras.
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