De acuerdo con el Ministerio de Industria y el IDAE, una normativa europea nos obligará a que dentro de muy poco tiempo, cuando un propietario quiera alquilar o vender un edificio, una vivienda o un local, deberá aportar un certificado de eficiencia energética para que el comprador conozca de antemano el gasto que le supondrá el mantenimiento de tal inmueble.
Así como los electrodomésticos ya tienen una pegatina que indica la categoría energética según su consumo, los edificios deberán tenerla igual. Desde la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación (CTE) hace unos años, todos los nuevos edificios deben de llevar incluido en el "Libro del Edificio" esta clasificación energética, pero lo que nos dice esta directiva europea es que además de los nuevos, los existentes también deberán de contar con una.
Lo bueno de este certificado, además de aportar más información sobre el inmueble, es que en función de su posición en la escala, el precio variará, facilitando la venta/alquiler de los más eficientes, revalorizará las edificaciones que han invertido en eficiencia energética y facilitará el acceso a las ayudas a la rehabilitación y mejora de los edificios.
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