¿Y si contratara a un arquitecto para que no construyera nada?

Hace bastantes años, aquel Arquitecto que una vez terminada la carrera, no montase su propio estudio , estaba considerado como un Arquitecto de segunda. Parecía que el único trabajo que debía de realizar un Arquitecto era diseñar sus propios proyectos y no dedicarse a trabajar fuera de este campo. 

Mientras había trabajo para todos, no parecía ningún problema el permitir que otros profesionales realizaran esos trabajos mal vistos por la profesión. Nadie luchó por los intereses de los Arquitectos (el colegio de arquitectos estaba para otras cosas, parece), pero cuando cambió el panorama hace más o menos un quinquenio... ¡ay!, nos dimos cuenta de que aparejadores (ahora arquitectos técnicos) e ingenieros, decoradores (ahora arquitectos de interiores), escenografistas y un sin fin de profesiones que nunca han tenido ningún problema en realizar informes periciales, inspecciones técnicas, trabajar para la Administración, montar decorados en teatros, hacer proyectos de interiorismo o de paisajismo, nos han comido el terreno y tenemos que competir con ellos. Quizá nos lo tengamos merecido, pero creo que ya está bien, que los Arquitectos jóvenes debemos quitarnos de encima esos prejuicios heredados de nuestros elitistas mayores y empezar a contar a la sociedad todo lo que puede hacer un Arquitecto, a parte de construir casas.

El asunto no es baladí, ya que se están perdiendo un sin fin de ocasiones en las que contratar un Arquitecto puede dar un handicap a la empresa. Hablo de campos tan diferentes a los tradicionales como puestos en la administración de entes públicos o dirigiendo proyectos en empresas privadas, como lo llevan haciendo  ingenieros desde hace muchos años, siendo muy valorados por sus capacidades organizativas y de gestión y creo que de eso nos sobra a los Arquitectos.

Paisajismo, escenografía, diseñadores de muebles (de los que hay bastantes ejemplos en la historia, desde Aalto a Le Corbusier), o en multitud de trabajos, ya sea buscando espacios para rodajes cinematográficos, en la publicidad, organizando eventos o montando escaparates, las cualidades intrínsecas del Arquitecto como visión espacial, proporción, sensibilidad artística, herramientas de diseño y organización, aportarían un valor añadido.

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