La semana pasada se conoció que el proyecto de Eurovegas, un enorme complejo que incluía casinos, tiendas, hoteles, espacios de convenciones y hasta un circo, que la empresa Las Vegas Sands pretendía levantar en Alcorcón, un municipio de casi ciento setenta mil habitantes al sur de Madrid, se quedaría en eso, en un proyecto.
Imagen sacada de la web: www.que.es
Lejos de centrarme en los números vertiginosos de todos los aspectos del proyecto o en las reacciones que provocó, que curiosamente consiguió algo difícilmente visto en este país: que la Iglesia católica y los partidos de izquierdas se pongan de acuerdo en algo (en este caso en condenar el proyecto), me gustaría hablar de la pena porque no se haya realizado, desde un punto de vista meramente arquitectónico.
En primer lugar, debo decir que un proyecto de tanta envergadura, aunque se tratara de un proyecto privado, no fuera a realizarse mediante un concurso ha sido una lástima, puesto que habríamos encontrado auténticas joyas entre los proyectos presentado y probablemente el proyecto ganador hubiera sido más interesante o por lo menos más impactante, como lo es el Marina Bay de Singapure (propiedad de la misma empresa), que si bien a mi parecer carece de interés arquitectónico, no es por ello menos espectacular.
Imagen del Marina Bay de Singapure.
No sólo estaríamos ante el reto de levantar una suma de grandes edificios a las afueras de una ciudad de medio tamaño, si no que sería una buenísima oportunidad para los arquitectos españoles de recuperar una disciplina importantísima como es el Urbanismo y que hemos permitido que los ingenieros, en su mayoría de de caminos, nos la arrebatasen poco a poco, casi sin darnos cuenta.
En los últimos años grandes empresas de ingeniería, con la connivencia de Arquitectos y políticos han venido diseñando los grandes desarrollos urbanísticos que rodean Madrid: Sanchinarro, Las Tablas, el ensanche de Vallecas... creando unos enormes conjuntos residenciales sin alma, ni porporción, trazados con ojos de ingeniero, esclavizados por los números, supeditados al tráfico y olvidando al individuo.
Imagenes de los proyectos de España y Singapure.
Eurovegas podría haber servido como oportunidad para demostrar que es el Arquitecto el que sabe cómo funcionan los movimientos de personas, tanto motorizados como peatonales, el que sabe crear espacios lógicos para la celebración de eventos y espectáculos, adecuando las texturas del suelo, la vegetación, los elementos que darán sombra en verano y refugio en invierno, diseñando el mobiliario urbano y la iluminación, aspectos que por su formación un ingeniero no domina. Es el Arquitecto el que sí domina la proporción de los espacios para dotarlos de una belleza y armonía que hagan al individuo sentirse a gusto en ellos, ya sea para dar un paseo, de compras o a una reunión de trabajo y eso es lo que no se siente en los desérticos PAU´s de los alrededores de la ciudad de Madrid.
En fin, que Japón lo disfrute.
Comentarios
Publicar un comentario