La falta de pundonor de los arquitectos o porqué gana más dinero una empleada de hogar que un licenciado.

A la hora de contratar a una asistenta para que limpie tu casa lo primero que haces es sondear a posibles candidatas entre personas que hayan trabajados con familiares o conocidos, de tal forma que tengas una referencia del trabajo de aquella persona. Seguidamente concertas una entrevista o si no has encontrado una candidata por esa vía pones un anuncio o entras en contacto con diferentes empresas para que te manden un currículum de las candidatas.

Una vez elegidas varias candidatas y concertadas las consiguientes entrevistas, llega el momento de la reunión, en la que cada una explicará en detalle sus conocimientos y capacidades. Por tu parte, tendrás que explicar qué necesidades tienes y qué condiciones laborales ofreces: horarios, vacaciones, salario, tipo de contrato, siempre pensando en que estas condiciones deben ser acordes con lo que estás solicitando, es decir, no hacerla trabajar en fines de semana y festivos, respetar las horas contratadas o pagar horas extras y ofrecer un salario justo.



Si cambiamos de los dos párrafos anteriores la palabra asistenta por arquitecto, tendremos dos situaciones distintas, pero no en el sentido que podríamos creer.

Uno de los dos por menos de 10 €/hora se irá de la entrevista en ese mismo momento, ni aceptará trabajar en festivos sin cobrar un extra, ni aceptará trabajar más horas que las establecidas en el contrato y si el contrato es indefinido no aceptará no tener los 20 días de vacaciones al año que marca la ley.

El otro sin embargo, se alegrará si llega a 10 €/hora lo que le ofreces, aceptará trabajar horas extra, fines de semana, festivos y noches enteras sin cobrar ningún suplemento (no digo ya horas extras) y difícilmente esperará ser contratado de manera indefinida y si se llega a algún apaño, se contentará con tener vacaciones aunque no sean pagadas.

¿Sabes cual es cual? ¿Qué diferencia hay entre ambos?

A mi modo de ver la diferencia es la falta de respeto y estima por el trabajo de uno mismo. Mientras una asistenta respeta su trabajo y exige un pago adecuado por él, el arquitecto no lo hace. Así de simple. Y no me refiero al arquitecto que solicita el trabajo, que en muchos casos está desesperado por salir del paro (o de la miseria, puesto que los Arquitectos, en su mayoría autónomos, no tienen derecho a paro), si no me refiero al que ofrece el puesto, que no se le cae la cara de vergüenza al sentarse frente a una persona que ha hecho la misma carrera que él y se permite ofrecerle una miseria de salario a cambio de jornadas sin fin y disponibilidad absoluta, por no hablar de los bandidos que ofrecen puestos de trabajo en sus estudios gratis, sí gratis o cambio de un sueldo en el caso de ganar este o aquel concurso.

Mientras que entre Arquitectos despreciemos nuestro trabajo de esta forma, no conseguiremos que el resto de la sociedad vuelva a apreciar y respetar algo tan importante como la Arquitectura. Creo que este punto es donde los diferentes colegios y escuelas de Arquitectura deberían empezar a hacer hincapié para una vez recuperada la estima por nosotros mismos y por nuestro trabajo, tratemos de restablecer el pundonor perdido. Quizá así no les será tan fácil a nuestros enemigos el ir despojándonos de nuestras competencias.

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