Las ventajas de la rehabilitación.

Muchas veces al pensar en hacernos una casa en el campo o a las afueras de las ciudades nos encontramos en la tesitura de qué hacer con una antigua construcción existente en el solar: una antigua vivienda, un granero en desuso, o un antiguo almacén agrícola. Una construcción que el paso del tiempo y la falta de uso lo han degradado o incluso derruido alguna de sus partes, sin posibilidad de habitar, a priori. En estos casos, sin duda, la rehabilitación es el mejor de los caminos a seguir. Este tipo de construcciones vernáculas ofrecen muchas ventajas frente al derribo y construcción de obra nueva. 
En primer lugar, el gasto económico es menor, ya que evitamos todo el proceso de derribo, siendo además, la opción más sostenible medioambieltamente, ya que gran parte de la construcción existente es reutilizada, reduciendo drásticamente la huella ecológica de la construcción. (Para más información sobre la huella ecológica de los edificios, recomiendo visitar el blog arquirehab).

Así mismo, al rehabilitar un edificio existente, estamos contribuyendo a mantener la memoria local y sus tradiciones, debido a que en muchas ocasiones es necesario el uso de técnicas de construcción locales, como por ejemplo para la colocación de la mampostería o para restaurar la carpintería, dando trabajo a los artesanos del lugar. Estas construcciones, relacionadas con su entorno y con la historia del lugar, se levantaron atendiendo a las condiciones climatológicas específicas del entorno y no con soluciones constructivas estándar, por lo que su comportamiento higrotérmico estará asegurado.
Incluso en el caso de que el tamaño de la edificación existente no permita el desarrollo de la nueva actividad, existen recursos como aumentar el número de alturas o levantar una nueva construcción anexa, que establezca un diálogo entre lo tradicional y lo nuevo.
En la imagen presento el estado original de la cubierta y el resultado de la reforma de un edificio de una finca en la provincia de Toledo, en una actuación que realicé hace unos años en colaboración con otros arquitectos. 

El aspecto original, como en muchas rehabilitaciones, hacía difícil hacerse una idea sobre como sería el espacio una vez rehabilitado, puesto que la cubierta estaba derruida en algunos puntos y el agua había degradado el interior del almacén. El resultado fue un amplio espacio en doble altura, que la propiedad decidió cambiar su uso previsto como almacén y dedicarlo a un espacio de exposiciones y presentaciones del trabajo de la finca.

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