Tras más de 30 días encerrados en nuestras casas para evitar expandir la pandemia de coronavirus que azota nuestro mundo, es momento de hacer una reflexión acerca de cómo ha influido en la Arquitectura y qué nuevas variables o necesidades debemos tener en cuenta a la hora de diseñar.
No es la primera vez que la Humanidad se encuentra en una situación similar, puesto que las enfermedades contagiosas nos han acompañado desde nuestros albores como humanos. A lo largo de los siglos, al irnos socializando y ampliando el tamaño del grupo, de familia, pasamos a tribu, de tribu a pueblo y de pueblo a ciudad, hemos podido comprobar cómo era más rápida la transmisión de ciertas enfermedades. Desde que se establecieron las primeras ciudades en el "Creciente Fértil", hace miles de años ya, tenemos noticias de cómo se expulsaba a los portadores de ciertas enfermedades, como la lepra, de la que tenemos noticias en el Antiguo Testamento y vemos cómo se crearon las primeras comunidades de leprosos.
Tenemos que avanzar varios siglos, hasta la gran epidemia de peste del siglo XIII, que asoló Asia y Europa, para empezar a ver aplicada la cuarentena en los núcleos urbanos, un concepto que se aplicaba con bastante éxito en barcos desde tiempo antes. Además de la cuarenta, las diferentes plagas de peste que asolaron Europa durante la Edad Media sirvieron para modificar algunos hábitos y avanzar en diversos campos, como la medicina o la Arquitectura.
Respecto a la Arquitectura, diferentes órdenes religiosas construyeron grandes hospitales para atender a la enorme cantidad de enfermos, que no podían ser atendidos en sus casas por temor a contagiar a toda la familia y que vagaban por las calles, aumentando el número de contagios. En estos hospitales aplicaron las técnicas y costumbres que habían adquirido en otras plagas, como eran los conceptos de ventilación, iluminación y espacios abiertos. En un principio se usaron conventos, puesto que eran estructuras existentes y se adaptaban bien a las necesidades de los pacientes. Las salas capitulares se convirtieron en dormitorios, con catres individuales, que dejaban espacio entre pacientes para evitar contagios y permitir el control de los médicos y monjes, que hacían las veces de enfermeros, las cocinas se adaptaron para dar de comer a los cientos de nuevos inquilinos, cuya dieta estaba adaptada a sus necesidades y los patios, con su peristilo abierto a un jardín, eran ideales para ayudar en la recuperación de los enfermos.
Tan importantes han sido los hospitales en la historia de las ciudades, que cuando los españoles llegaron a América, de las primeras construcciones que levantaban eran hospitales, para europeos e indios, pues sabían que la enfermedad no entendía de razas. Así podemos ver que el hospital más antiguo de América (del norte y del sur) es el que fundó Hernán Cortés en 1524 en ciudad de México, el Hospital de Jesús, que sigue funcionando.
Los conceptos que se aprendieron en estos hospitales de los siglos XIV en adelante, con el tiempo pasaron poco a poco a la Arquitectura vernácula, pero no es hasta el Movimiento Moderno, a comienzos del siglo XX y en particular con la publicación de los "5 puntos de la Arquitectura Moderna", de Le Corbusier cuando la Arquitectura da un paso más allá en la aplicación de estos conceptos de iluminación, ventilación y relación con el exterior y la naturaleza. La Villa Saboya, construida entre 1928 y 1931 es un caso paradigmático, en el que el Arquitecto pudo llevar a la realidad su nueva Arquitectura.
Villa Saboya, Le Corbusier (Fuente)
Y llegamos al siglo XXI, donde una vez más, la sociedad se enfrenta a una epidemia que la vuelve a poner contra las cuerdas. No obstante, los conceptos están ahí, solo resta aplicarlos a la construcción actual.
1. AMPLIAR LA SUPERFICIE DE LAS VIVIENDAS
Lo principal es replantearse el tamaño de las viviendas, que debido a su desorbitado precio, en su mayoría son pequeñas y en muchos casos con poca luz, pero en unas ciudades donde cada centímetro cuadrado cuesta miles de euros, es muy difícil ampliar su superficie sin repercutir en el precio, por lo que tendremos que seguir trabajando con las mismas medidas o pensar en retomar ideas urbanísticas como la ciudad jardín, de Ebenezer Howard, de la que algo hablé en esta otra entrada de cuando Madrid pudo ser una ciudad jardín. La búsqueda de viviendas con mayores superficies llevará inevitablemente a la ampliación de los pueblos que rodean a las grandes ciudades, como Madrid, Bilbao o Barcelona, que necesitarán mejorar sus comunicaciones con el extrarradio, a la vez que dichos pueblos deberán mejorar sus servicios para acoger a estos nuevos ciudadanos.
Esquema de la ciudad jardín de Ebenezer Howard (Fuente)
2. REPLANTEAR LAS TERRAZAS
Para los que quieran seguir viviendo en las ciudades, hay que repensar en conseguir disponer de espacios privativos, es decir, de pequeños patios o jardines, cuando se pueda o terrazas en las plantas superiores, donde se pueda disfrutar del aire libre e incluso hacer un poco de deporte. La práctica común de cerrar terrazas para ampliar el salón se ha revelado como un desatino, puesto que es estos días estamos viendo cómo la búsqueda de aire fresco y soleamiento es una de las mayores preocupaciones de los usuarios de vivienda colectiva.
Es por ello que se debería modificar la normativa que se aplica a terrazas y voladizos de los edificios para permitir que éstas no computen edificabilidad (ni si quiera al 50% como sucede en muchos casos) y que no haya un límite de longitud en los vuelos, de tal forma que se permita a los Arquitectos explorar las miles de posibilidades que ofrecen las terrazas.
Viviendas sociales en Liubliana, Bevk Perovic
Edificio residencial en Amsterdam, De Architectengroep
Edificio Wozoco en Amsterdam, MVRDV.
Edificio de 80 viviendas en Copenhage, BIG (Fuente)
3. AJARDINAR LAS CUBIERTAS
Los edificios deberían tratar de generar más espacios abiertos en lo que los usuarios puedan disfrutar del aire libre, esto puede conseguirse con la propia forma del edificio, generando terrazas y vuelos, pero no todas las parcelas permitan tales movimientos, por lo que se hace esencial un sencillo mecanismo, que no es otro que ajardinar las cubiertas. De esto ya hablé hace unos años en estas dos entradas "Ajardinemos las cubiertas" y "La normativa se pone al día", pero creo que en estos momentos en los que conseguir espacios exteriores acotados y controlados para el uso y disfrute de los vecinos de los edificios es una prioridad, las Comunidades de Propietarios deberían poner en marcha las acciones necesarias para conseguir tener una cubierta utilizable y disfrutable.
Con esto se conseguiría mejorar la eficiencia energética de los edificios, mejorar el aire de las ciudades, al servir como filtros de CO2, atemperar el calor provocado por las cubiertas actuales y dar al propietario un lugar de descanso idóneo para disfrutar del sol y del aire fresco.
(Fuente)
4. DISEÑO DE PATIOS INTERIORES
Si bien el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, obliga a ajardinar la mitad del espacio de los patios, podemos ver que no siempre se cumple y cuando se cumple, en muchos casos no se mantiene, puesto que supone unos gastos como la contratación de jardineros, la compra de plantas, el gasto de agua para unos lugares que no suelen utilizarse debido a la posibilidad de ir a un parque público cercano a disfrutar del aire libre, pero ahora los podemos utilizar como pequeños parques privados en los que poder estirar las piernas y disfrutar de un pequeño trozo de naturaleza.
Si existe la posibilidad de incorporar una piscina, tendremos un extra para los usuarios de los edificios, pero lo fundamental es un buen replanteo del espacio del patio para disponer de una zona de tránsito y una zona de reposo, de tal forma que se pueda dar un pequeño paseo y se pueda sentar uno un rato para leer un libro o tomar el sol. Las especies vegetales habrá que seleccionarlas adecuadamente para obtener sombras, tapar muros medianeros con plantas trepadoras y decorar con flores, que además aromaticen el patio. Abajo os dejo un ejemplo de un patio en Madrid en el que aplicamos todos estos conceptos.
Edificio de viviendas en Madrid, Antonio Mora y Carlos Granero (Fuente)
5. CAMBIO DE LOS ESTATUTOS DE LAS COMUNIDADES DE PROPIETARIOS
Por último, es necesario un replanteo del uso de los espacios comunes durante las cuarentenas, puesto que no es lógico disponer de espacios abiertos y ajardinados vacíos, mientras los vecinos se hacinan en sus viviendas. Es por ello que deberían añadirse en los estatutos de las viviendas colectivas un protocolo de uso de zonas comunes en donde se especifique cómo van a poder usarse esos espacios durante las cuarentenas. Se deberían acotar diferentes espacios exteriores (jardines, patios, azoteas... ) abiertos al uso individual o por unidad familiar, así como establecer unos horarios para que cada vecino pueda disponer de un tiempo fuera, sin la necesidad de salir a la calle.
Con todas estas medidas conseguiremos hacer unas viviendas más agradables y preparadas para vivir una situación de encierro indeterminado, que nos permita estar protegidos del mundo exterior, pero siguiendo disfrutando de un poco de aire libre.