Arquitectura vernácula de Zimbabue III. La escuela.

En esta tercera entrada voy a centrarme en las escuelas de primaria y secundaria construidas por los misioneros católicos en la provincia de Matabeleland North, en la parte occidental del país. Esta entrada forma parte, junto con las que escribí acerca de la vivienda y la misión, de un conjunto de textos sobre la Arquitectura de esta parte del país africano.

Patio de la escuela de Saint George, en Hwange.

Una vez más, en esta región, las escuelas siguen la senda marcada por las misiones, como ya conté en otras entradas: Personas de un cierto lugar consiguen que se establezca una misión, que funciona como polo urbanizador de la región, consiguiendo atraer y concentrar la población del entorno, lo que les permite mejorar los servicios y al aumentar población infantil, pueden solicitar al gobierno que levante una escuela, evitando a los niños tener que recorrer granes distancias para ir al colegio.

Las escuelas siguen el esquema de construcción típico de la región: edificios de una única planta, con muros portantes perimetrales de ladrillo y una cubierta a dos aguas de chapa, que se sustenta sobre una estructura que puede ser metálica o de madera. La cubierta vuela en la parte frontal, dejando un pequeño porche, que sirve para alejar el agua del muro y evitar humedades. La fachada puede dejarse en ladrillo visto, con un zócalo enfoscado para evitar humedades por salpicaduras o enfoscado totalmente.

Su implantación generalmente la misma: una valla perimetral protege el conjunto, donde varios edificios de aulas, colocados en paralelo o en perpendicular, organizan un gran patio central, con un pequeño atril y la bandera nacional en el centro. El edificio de baños está situado en un esquina, lo más alejada posible del conjunto y del pozo (que no hay no en todos los casos). Junto al pozo está la cocina, un edificio tradicional de cubierta de paja, un huerto y un campo de fútbol de arena.

Esquema de un colegio de primaria.

Los edificios que albergan las clases son longitudinales y están divididos en dos grandes espacios que funcionan como clases, separadas por uno o dos espacios más pequeños, en el centro, que pueden servir de despacho para los profesores y para guardar el material escolar, en particular los ordenadores que usan los niños, puesto que en el programa de estudios hay una clase de informática, para lo cual, en muchos casos los profesores tienen que dibujar en la pizarra la pantalla del ordenador, puesto que o no hay ordenadores o sólo hay uno por clase.

En este aspecto, el gobierno ha promulgado la ley, pero no ha dado recursos a los colegios para poder cumplirla, por lo que tienen que buscarse la forma de hacerse, no solo con los ordenadores, sino con un sistema de paneles solares para poder recargarlos, puesto que en estas zonas rurales no hay tendido eléctrico. Es es este punto donde la ayuda exterior es imprescindible.

Edificio de aulas en un colegio en Tsongokwe.

Edificio de aulas en un colegio en Esibombo.

Interior de un aula durante las vacaciones de verano en un colegio de Tsongokwe.

Interior de un aula durante las vacaciones en el colegio de Esibombo.

Debido a que muchos niños tiene que caminar muchos kilómetros todos los días para llegar al colegio y otros tantos de vuelta, los niños llegan exhaustos a sus casas y son incapaces de estudiar, por lo que en muchos colegios se han comprado bicicletas para que los niños que vivan a más de dos horas andando puedan usarlas para ir a sus casas. Durante las vacaciones se guardan en el colegio.

El patio central, formado por los edificio de aulas, cuyo número dependerá del tamaño del colegio y de los niños que haya escolarizados, está extrañamente lleno de filas de piedras y si se visita la escuela en las vacaciones de verano o durante las clases, no se entenderá el motivo, puesto que no hace sino molestar al movimiento tanta piedra, pero cuando se llena de niños, se entiende perfectamente. Ese es el lugar de reunión, que se usa para cantar el himno nacional por las mañanas y para que el director hable con todos los niños, siempre desde el atril, que generalmente está construido en ladrillo.

Patio central de una escuela en Esibombo.

Patio central de una escuela en Karyangwe.

Los baños, son unas construcciones de una planta, con cubierta plana y pequeñas chimeneas, muy característicos por toda la región. Las chimeneas sirven para ventilar la fosa séptica que hay debajo de los mismos, puesto que no existen canalizaciones de saneamiento fuera de las ciudades.

No disponen de puertas, para facilitar la ventilación y para evitar mantenimiento. Eso sí, están separados por sexos. Del mismo modo, el inodoro es un cajón de ladrillo enfoscado con un agujero.

Se colocan en los límites de los colegios, para alejar el olor y evitar que las aguas residuales llegues al huerto o al pozo, si es que tienen la suerte de tenerlo y puedan contaminarlo.


Edificio de baños en la escuela de Esibombo.

                   

El huerto funciona como aula medioambiental, puesto que dentro del programa pedagógico, está el enseñar a los niños la importancia de cultivar su propia comida. Por ello los colegios disponen de un huerto, cercano al pozo y alejado lo más posible de los baños, que debe estar siempre bien cerrado para evitar la entrada de animales que puedan comerse las verduras, en particular los babuinos, que allí donde viven, arrasan los huertos. En sitios de población de babuinos, los huertos se protegen con unas ramas de un arbusto espinoso.

Huerto en un colegio en Esibombo

Por supuesto los huertos también surten las cocinas de los colegios, que dan una comida a los niños, hecha a base de una pasta de cereales con las verduras cultivadas en el colegio. Esta comida supone en muchos casos la comida más importante del día para los niños.

Las cocinas son un edificio exento, de construcción tradicional, con la característica planta circular y cubierta de paja, que ya comenté en la entrada sobre la vivienda tradicional donde un fuego central sirve para calentar una gran olla donde preparan la comida. 

Cocina en un colegio de primaria en Jotscholo. 

Cocina en un colegio de primaria en Jotscholo.

El estado de precariedad de algunos colegios es terrible, con cubiertas de madera comidas por las termitas, falta de mobiliario y escasez de recursos. Es en este punto donde la ayuda exterior es imprescindible, no solo para dotar a las aulas de una electricidad con la que cargar los ordenadores que el gobierno exige tener, sino para conseguir fondos para mejorar la alimentación de los niños y para pagar a los profesores y evitar que busquen otras salidas profesionales.

En algunos colegios de la región la ONG española Amigos de Zimbabwe en España está colaborando en la compra de ordenadores, instalación de pozos de agua y paneles solares de cara a mejorar las escuelas y su entorno, puesto que como ya hablamos anteriormente, el pozo de una escuela sirve para los niños y para toda la comunidad.